“Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, renovad la fe en toda la extensión de nuestra Patria”
La reliquia que fue llevada de la Casa de Juan Sánchez a la iglesia de Guanare en el año 1654, fue venerada en un relicario hasta el año 1987, cuando fue incrustada en el pedestal de una Imagen de Madera de la Virgen de Coromoto. Durante este tiempo la Devoción por la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Coromoto se extendió por toda Venezuela.
El Hermano Nectario María entra en la Historia de la Virgen de Coromoto como uno de sus más fieles y esmerados apóstoles. El deseo por glorificar a la Madre de Dios, lo llevo a realizar en 1915, una investigación con el fin de esclarecer y escribir de manera documental la historia de la Virgen en Venezuela, las diferentes advocaciones y santuarios que existían. El resultado fue su obra más conocida y varias veces citada en este libro: “La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto”. Pocos saben que sus primeros escritos los publicó bajo el seudónimo de H. Chonei Mereigua que significa en lengua indígena “Hijo de María”.
Gracias a sus investigaciones se encontró el Sumario Jurídico sobre las apariciones de la Virgen en Guanare que data del año 1746, viajó a Caracas al archivo Arzobispal, al archivo de Portuguesa y al de Barquisimeto. El 3 de enero de 1925 con ayuda del Sr. Nemesio Parra localizó el sitio de la Aparición y colocó una lápida para marcar el sitio que decía: “Aquí la Madre de Dios apareció el 8 de septiembre de 1652. ¡Salve María!”.
Promueve la construcción de un primer Monumento a la Virgen de Coromoto el cual fue bendecido el 12 de abril de 1928. El sitio escogido fue la entrada oriental del pueblo, este monumento tiene una altura de 8 metros y el pedestal 5 metros, 20 centímetros de alto, sobre los que se alza, la hermosa estatua de la Reina de Venezuela.
En ese mismo año de 1928, propone en el II Congreso Mariano Nacional, efectuado en la ciudad de Coro, que se reconociera y se proclamara a la Virgen de Coromoto como Patrona de Venezuela por ser la única verdadera aparición, lo que le hacía tener primicia sobre las demás advocaciones.
El 1 de mayo de 1942, el Episcopado Venezolano, conformado por los obispos de las diócesis de Caracas, Mérida, Cumana, Guayana, Valencia, Coro, Calabozo, Zulia, Barquisimeto, San Cristóbal, el Vicario Apostólico del Caroní y el prefecto apostólico de Orinoco, declararon y decretaron por unanimidad a Nuestra Señora de Coromoto como Patrona Oficial de Venezuela. Los prelados consideraron que las Apariciones de la Virgen de Coromoto son una muestra de la Misericordia de Dios hacia el pueblo venezolano y en honor a ser la advocación mariana más extendida en la patria, con más de tres siglos de antigüedad para entonces, la declararon y proclamaron PATRONA DE VENEZUELA.
El 12 de mayo de 1949, el Papa Pio XII aprueba la Coronación Canónica y Pontificia de la Virgen de Coromoto, otorga el título de Basílica al Santuario Nacional en Guanare, establece el oficio y misa propios de Ntra. Sra. de Coromoto y concede indulgencia a quienes visiten o vayan en peregrinación al Santuario de Guanare.
La Coronación Canónica de Ntra. Sra. de Coromoto fue el 11 de septiembre de 1952 durante el Jubileo Coromotano por los 300 años de la Aparición de la Virgen al Cacique Coromoto.
El 27 de enero de 1985 con motivo de la primera Visita del Papa Juan Pablo II, se ofició una misa en Montalbán en honor a la Virgen Patrona de Venezuela. El Papa Juan Pablo II coronó canónicamente la Imagen de Madera que luego sería venerada en la nueva Basílica de Guanare.
El 9 de febrero de 1996, el Papa Juan Pablo II distingue a Venezuela con una segunda visita a fin de inaugurar el Santuario Nacional en Guanare, construido por el arquitecto Erasmo Calvini y gracias al esfuerzo invalorable de las Siervas del Santísimo Sacramento, dirigidas por la Madre Guadalupe, Superiora General de las Siervas y a la Asociación Civil Venezuela a la Virgen de Coromoto.
Finalmente, el 19 de noviembre de 2011, el cardenal Jorge Urosa Sabino proclama a la Virgen de Coromoto como patrona de la Arquidiócesis de Caracas como un elemento más de unión, cohesión y fraternidad, que le permita también al pueblo caraqueño celebrar con un carácter más solemne la fiesta de la Virgen de Coromoto.
11 Sumario Jurídico titulado: “Información de la aparición, y milagros de María Santísima de Coromoto, titular, y patrona de la ciudad de Guanare, cita en su Yglesia Parroquial, recibida en visita por el Señor Doctor Carlos de Herrera, cura rector de la santa Yglesia Catedral, examinador sinodal, vicario superintendente, y visitador general de este obispado por el Ylustrísimo Señor Juan García Abadiano, dignísimo Obispo de la provincia de Venezuela del Consexo de su Magestad. Fecha por Febrero del año de 1746” es el más completo documento histórico de la aparición.
12 Tomado de la obra: “Nuestra Señora de Coromoto” de la A. Civil Venezuela a la Virgen de Coromoto.
13 Tomado de la obra: “Nuestra Señora de Coromoto” de la A. Civil Venezuela a la Virgen de Coromoto.
“Ha sido un descuido por falta de Amor”
Luego de la Muerte del Cacique, como lo referimos anteriormente, la reliquia quedo en la casa de Juan Sánchez, pues el cura del poblado no dio crédito a la historia. La Casa del Español se convirtió en muy poco tiempo en un pequeño santuario en donde acudían numerosos fieles de la región a venerar a la Imagen Bendita, atraídos por los muchos milagros y portentos que allí se alcanzaban. La fama de la Milagrosa Imagen creció tanto que, en 1654 vísperas de la fiesta de la Presentación y Purificación de Nuestra Señora, por fin el Vicario Diego de Lozano, ordenó que se trajese con gran pompa y veneración a Guanare.
Los indios Coromotos que habían regresado con los españoles luego de la Muerte del Cacique, fieles a las recomendaciones de su capitán, se mantuvieron por un tiempo cerca de la confluencia del rio Tucupio y Guanare bajo el Cuidado de Juan Sánchez. Sucedió entonces que en el año 1673 llegó el Reverendo Padre Fray José de Nájera, Misionero capuchino que funda, según declara el Hermano Nectario María, la primera Misión Indígena en Venezuela, haciéndose cargo de los indios Coromotos y fundando con ellos el poblado de San José.
Según los registros de la orden Franciscana, Fray José de Nájera se distinguió no solo por su formación como misionero, sino también por la santidad de su Vida. Figura además en los archivos generales de Indias de Sevilla, en la “Relación de los progresos de las Misiones de Capuchinos en la provincia de Caracas” como fundador indiscutible del poblado de San José con los indios Coromotos.
Al fundarse dicho pueblo, la ubicación del sitio de la Aparición de la Virgen al Cacique quedo solo en la memoria y el exclusivo conocimiento de los indios quienes, según el Hno. Nectario, solían visitar de vez en cuando aquel sitio de gratos recuerdos para ellos. Mientras el padre José de Nájera estuvo encargado de la atención espiritual de los Coromotos, estos se regenerados en su totalidad por medio del bautismo, construyeron sus rancherías y una humilde Capilla en San José, tenían una especial devoción por la Virgen de Coromoto.
Aun son desconocidas las razones por las cuales Fray José dejo la Misión de los Coromoto y marcho a Caracas. Se presume según registros encontrados por el Hno. Nectario que abandonó la Misión para el año 1677, quizás por ver a todos los indios convertidos al cristianismo. Los indios al poco tiempo, al verse solos y desatendido, se devolvieron a la Selva y se llevaron consigo la memoria del sitio de la Aparición de la Virgen. La ubicación del sitio donde la Santísima Virgen había bajado del cielo se perdió.
“Pero el sitio donde la Virgen bajo del cielo
y la cogió mi suegro lo tienen ustedes
marcado con esta cruz”.
No fue sino hasta el año 1698 que, gracias al Milagro de la Virgen del Topo, cuya historia recomiendo investigar, se vuelve a conseguir el sitio de la Aparición por la mediación de la Santísima Virgen quien deteniendo una caravana que pasaba por Guanare, en pleno rezo del santo rosario, eventos milagrosos pasaron con dicha imagen. El español Marcos Paredes, que iba acompañando a Fray Diego de Olaya misionero de la Orden de San Agustín quien llevo la imagen de la Virgen del Topo a Guanare, repentinamente por inspiración exclamo ante aquellos hechos milagrosos:
“Plantemos una Cruz en este Sitio.”
Acto seguido, cortaron unas maderas y haciendo una cruz de aspecto muy tosco, la sembraron en aquel sitio para luego marchar. Al llegar a Guanare Marcos fue hasta el Vicario para contarle todo y pedirle permiso para construir una pequeña ermita en el sitio del prodigio.
El 26 de agosto de 1698 en medio de la construcción de la capilla, la figura de unos indios es divisada por uno de los trabajadores. Se presentaron ante ellos nueve jinetes, eran los indios Coromotos. Uno de ellos llamado Gaspar Tabares, Cacique de los Coromotos, se dirigió a ellos diciendo:
“Hemos sabido que un hombre viene a hacer una iglesia para nuestra AMA la Virgen, Dígale que si quiere construirla en el sitio donde la Virgen Santísima bajo del cielo cuando la cogió mi suegro, todos vendremos a vivir y poblarnos aquí”.
Cuando Marcos Paredes le confirmo que la capilla seria construida allí, el Cacique mando a buscar a toda su tribu para ir a poblar el sitio y cuando empezaron a buscar el sitio exacto de la Choza del cacique con los indios, descubrieron que el sitio donde habían colocado la cruz aquel día del prodigio de la Virgen del Topo, era la ubicación exacta de la Aparición de la Virgen de Coromoto.
El Cacique Gaspar al llegar a al lugar donde estaba la choza del indio exclamo señalando con el dedo:
“Pero el sitio donde la Virgen bajo del cielo y la cogió mi suegro lo tienen ustedes marcado con esta cruz”.
Este fue el Milagro de la Virgen del Topo, por el cual se logró encontrar el sitio exacto de la Aparición de la Virgen de Coromoto al Cacique, perdido para entonces.
“Y volando su alma ya purificada en la espiritual
piscina de la gracia, fue a contemplar a aquella criatura
incomparable, de cuya vista el ojo nunca se cansa”
El 9 de septiembre, El cacique quema todo el poblado conocido como “Coromoto”, creyendo que con dicho incendio quemó también a la imagen de la Virgen de Coromoto que había colocado en el techo de su choza. Luego de esto el Cacique huyó rápidamente hacia los bosques con toda su tribu, quienes estaban preparados para acompañar a su «Capitán». Este una vez que se adentró en el bosque, fue mordido por una culebra muy venenosa. El indio pensando que eso había sido un castigo del Cielo por la pésima conducta que había observado con la excelsa Señora y viéndose mortalmente herido, sintió en su corazón un gran arrepentimiento y pidió a gritos que le administrasen el Santo Bautismo.
La Virgen María, que tanto había hecho por la conversión de los indios y de su Capitán, le concedió al moribundo indio que su alma se regenerara en las saludables aguas bautismales y no fuera presa del espíritu de perdición ya que por especial providencia de Dios, transitaba por este lugar un moreno, criollo de la ciudad de Barinas, buen cristiano, de la honorable familia de los Ochogavies, quien logro ir hasta donde estaba el indio y conociendo que en casos de muerte o momentos de extrema urgencia toda bautizado con uso de razón puede bautizar, le administró el bautismo al Cacique Coromoto.
El Cacique recomendó a los indios que se mantuvieran con los blancos; y, resignado, en medio de acerbos dolores, rindió el último suspiro. Se dice que el Cacique Coromoto antes de morir, vio por última vez a nuestra Señora y es por esto que le pidió a su tribu que volvieran con los blancos como lo había pedido la “Bella Señora” cuando la vio por primera vez caminando sobra las aguas del rio.
El Hermano Nectario María describe con estas hermosas palabras la partida del Cacique Coromoto a la casa del Padre:
“Volando su alma ya purificada en la espiritual piscina de la gracia, a contemplar a aquella criatura incomparable, de cuya vista el ojo nunca se cansa y en cuyo amor el corazón siempre se deleita.” (10)
10 Frase textual tomada del libro: “La Maravillosa Historia de Nuestra Señora de Coromoto”, del Hno. Nectario María, pág. 78.
“El primer altarcito de
Nuestra Señora de Coromoto”
De regreso a su casa de Soropo, Juan Sánchez colocó la imagencita, que desde entonces llamaron “Nuestra Señora de Coromoto”, en un altarcito; y no teniendo sino una pequeña vela de cera negra, alumbró con ella la milagrosa imagen. Esta humilde vela ardió día y noche, sin consumirse desde el mediodía del domingo hasta el martes por la tarde. Este hecho fue declarado por los testigos como un hecho milagroso, pues el pedazo de vela debió haber durado encendido, a lo sumo, una media hora.
Debido a fuertes lluvias el rio Guanaguanare creció mucho y Juan Sánchez debió esperar hasta el martes para poder ir a la Ciudad con la reliquia. El martes por la tarde, cuando las aguas habían bajado, pudo pasar el río a caballo y llegar a la ciudad, donde refirió al cura, Licenciado Don Diego Lozano, todo cuanto sabía de la imagen; pero éste no le dio crédito, diciendo que la estampa de la cual le hablaba sería obra de algún Pajarero (9). Juan Sánchez, sin apenarse por eso, regresó muy contento para Soporo, pues había comprado lo necesario para tener una lamparita prendida delante de la imagen, la cual estuvo en su casa hasta el 1 de febrero de 1654, es decir, un año y cuatro meses.
9 Pajarero: relativo de la persona que es bromista o le gusta jugar bromas, frecuentemente usado de forma despectiva.
“Vayan a Coromoto ahora
mismo y lo verán”
El indiecito, que interiormente no estaba de acuerdo con la conducta de su tío, consciente de lo que había presenciado e impresionado con la hermosura de la “Bella Mujer”, decidió ir desde Coromoto hasta Soporo, corriendo, para avisar a Juan Sánchez de lo sucedido. Siendo la medianoche salió silenciosamente de la choza y se fue apresuradamente para Soporo. Que habría de imaginar ese pequeño indiecito que su proeza valerosa seria recordada y registrada en los anales de la historia de la Iglesia y de Venezuela como un testimonio de valentía y amor hacia la Santísima Virgen Maria.
Que gran sorpresa se llevó la esposa de Juan Sánchez cuando, al abrir la puerta de su casa en la mañana del 9 de septiembre de 1652, se encontró con este pequeño indiecito, muy cansado por el largo viaje a pie. Este con su limitado español trataba de explicarle que una “Bella Mujer” se había aparecido en la casa de su tío, el cual la quiso lastimar con una flecha, y que la cogió y la escondió en su casa. Cuando la mujer hasta donde estaba Juan Sánchez y le explico lo que le había dicho el pequeño, este no dio crédito a la historia del indiecito. El pequeño volvió a contar la prodigiosa historia al español y viendo que aún no le creían dijo:
“Vayan a Coromoto ahora mismo y lo verán”.
Luego de mucho insistir, el indiecito logra que Juan Sánchez, quizás aun sin mucho interés, acepte ir a Coromoto y este le dice al pequeño:
“Ve por dos mulas e iremos contigo”.
El niño se fue a la llanura de la Sabana en donde conseguir a estos animales mansos era muy difícil. Sin embargo, logra conseguir a dos mulas y atarlas con gran facilidad, como si estuvieran adormecidas. Al presentarse el indiecito con los dos animales en la casa, en tan corto tiempo, Juan Sánchez quedo asombrado y empezó a dar crédito a la historia del niño. Con Juan Sánchez y el niño fueron también Juan Cibrián y Bartolomé Sánchez.
Al llegar cerca del poblado los tres españoles, se quedaron escondidos en un Zanjón (8) a tres cuadras de la casa, mientras el muchacho iba a la choza de su tío en busca de la imagencita de la Virgen. Dichosamente para el niño, el cacique, su tía y su mamá estaban juntos, fuera, y a un lado de la casa.
Sin ser visto por nadie, entró el niño en la choza; con el corazón palpitante de júbilo, se adueñó de la milagrosa imagen, que aún estaba en el mismo sitio donde la había puesto su tío y la trajo a Juan Sánchez, el cual, al recibirla de manos del niño, sintió una profunda emoción, pues reconoció en ella la imagen de la Bienaventurada Madre de Dios, María Santísima, y con respeto la colocó en un relicario de plata que acostumbraba llevar al cuello.
Aquel día, la Virgen fue salvada de ser quemada en el incendio que provocaría el indio Coromoto al día siguiente antes de dejar el poblado y huir a la Selva. Fue gracias al corazón puro y valiente de aquel niño que la reliquia pudo llego a las manos de Juan Sánchez y ser resguardada para luego ser entregada y venerada a las generaciones siguientes, hasta nuestros tiempos. Pocos tienen conciencia de este hermoso testimonio de amor a la Virgen que broto de un corazón lleno de inocencia. Aquel día el pequeño indiecito salvo la Santa Reliquia de Ntra. Sra. de Coromoto, la cual es venerada hoy día por miles de fieles y es proclamada como Patrona de todo el pueblo de Venezuela.
8 Zanjón: Cauce o zanja grande y profunda por donde corre el agua.
Las dos indias profundamente impresionadas y
conmovidas añadieron: “Muéstranos para Verla”
El Indio Coromoto lleno con una mezcla de miedo y rabia, se dispone a atacar con la flecha a la “Bella Mujer”, en ese momento la Virgen entró en la choza, sonriente y serena, más hermosa y resplandeciente que el sol, se adelantó y se acercó al Cacique, el cual, por respeto ante su majestad y grandeza, rindió las armas y arrojó el arco al suelo. Sin embargo, con todo y esto se lanza sobre la “Bella Señora” y trata de tomarla por un brazo para echarla fuera de la choza. Al instante la Virgen desaparece y con ella toda la luz que iluminaba el recinto, quedando la choza nuevamente a oscuras.
El Cacique fuera de sí y mudo de terror, permaneció largo rato inmóvil, con los brazos extendidos y entrelazados, tenía una mano abierta y la otra cerrada, que apretaba cuanto podía, pues algo tenía en ella, creía que era la Bella Mujer a quien había atrapado.
La india Isabel, sin entender lo que acababa de suceder, dijo a su cuñado:
“¿Sabes lo que ha sucedido?”
Balbuciente y tembloroso el indio contestó:
¡Aquí la tengo cogida…!
Las dos mujeres profundamente impresionadas y conmovidas, añadieron:
“Muéstranosla para verla”.
El Cacique se acercó entonces a la pequeña fogata que aún ardía; alargo la mano, la abrió y los cuatro indígenas reconocieron que era una imagen de la Bella Mujer. La diminuta imagen despedía rayos luminosos, que producían gran resplandor. El indio con el mismo enojo y rabia de antes, envuelve la milagrosa imagen en una hoja y la esconde en las pajas del techo de su casa diciendo:
“¡Ahí te he de quemar para que me dejes!”.
El cacique dice esta expresión ya que tenía pensado huir al día siguiente no sin antes quemar toda la aldea, y con ella a la imagencita puesta en el techo de su choza.
“De todo su ser se desprendían copiosos rayos de luz
que bañaban el estrecho recinto de la choza”
La segunda aparición de la Virgen se da cuando el Cacique Coromoto en una actitud de descontento y rebeldía, negado a recibir las aguas del bautismo y a escuchar las enseñanzas cristianas, decide no ir junto a sus compañeros que honraban a la Virgen con humildes preces sino que con gran enojo y rabia salió de manera precipitada a su Choza (6), sin imaginar que sería la mismísima Virgen quien iría a en su búsqueda.
Sucedió así según las crónicas del Hermano Nectario María: por la tarde del sábado 8 de Septiembre de 1652, Juan Sánchez dispuso reunir a los indios Coromotos que trabajaban en Soporo, por lo cual el español insto al Cacique a que con sus compañeros asistiera a los actos religiosos que iban a practicarse en el Caney (7), que tenía dispuesto justo al lado de su habitación para este tipo de reuniones.
El Cacique se negó de manera rotunda a la invitación mientras sus compañeros rendían honores a la Reina del cielo con humildes oraciones. El indio con gran enojo salió precipitadamente para Coromoto, muy triste y molesto. Al llegar a su choza, que era la mejor de todas las que estaban asentadas en aquel sitio, a la sombra de los frondosos árboles, el cacique sin decir palabra alguna se lanzó sobre la barbacoa. Estaban en la choza la Cacica, su hermana Isabel y el hijo de esta ultima de 12 años de edad.
Las mujeres notaron que el Cacique Coromoto estaba muy descontento e iracundo, tanto que no se atrevieron a dirigirle ni siquiera la más mínima palabra. Cuenta el Hermano Nectario que acostado en su barbacoa el cacique era víctima de una lucha interior feroz, pues, aunque en su mente no paraba de pensar en la quebrada y en aquella hermosa Señora que se le había aparecido hablándole con dulce voz, el maligno sembraba su cizaña y hacia ver al indio la vida con los blancos como algo insoportable, se veía humillado y herido en su orgullo, cierta rabia interna e inexplicable se apoderaba de él. El Cacique desilusionado y cansado su nueva vida piensa en su mente incendiar, al día siguiente, todo el poblado que habían construido con los españoles y huir nuevamente a la selva.
Ese 8 de septiembre de 1652, cuando ya había anochecido, en la choza solo brillaba la luz de una tenue fogata encendida en el rincón del humilde recinto. Tan solo unos instantes después de haber llegado el cacique a la choza, la Virgen Santísima bajo del cielo y de modo visible y corpóreo se presentó al umbral del bohío del cacique. De todo su ser se desprendían copiosos rayos de luz, que bañaban el estrecho recinto de la choza y eran tan potentes que, según declaro la india Isabel, “eran como los del sol cuando está en el mediodía”, y sin embargo, no deslumbraban, ni cansaban la vista de aquellos felices indígenas que contemplaban tan grande maravilla.
La Virgen se presenta ante aquella humilde familia indígena y cuando el Cacique Coromoto volvió la mirada, al instante reconoció a la misma “Bella Mujer” que había visto caminando sobre las cristalinas aguas del rio algunos meses atrás. Las dos indias y el niño estaban rebosantes de satisfacción, deleitados con la belleza de aquella Señora, el indio pensaría probablemente que la Gran Señora venia para reprocharle su mal proceder e impedirle la fuga. Pasaron unos segundos… el Cacique rompió el silencio y dirigiéndose a la Señora le dijo con enojo:
“¿Hasta cuándo me quieres perseguir?, bien te puedes volver, que ya no he de hacer más lo que me mandas; por Ti dejé mis conucos y conveniencias y he venido aquí a pasar trabajos”.
Estas palabras mortificaron en gran manera a la mujer del Cacique, la cual riño a su marido diciendo:
“No hables así con la Bella Mujer, no tengas tan mal corazón”.
El Cacique, montado en cólera y encendido en rabia, no pudo por más tiempo soportar la presencia de la Divina Señora, que permanecía en el umbral, dirigiéndoles una mirada tierna y cariñosa; desesperado el indio da un salto de su barbacoa y coge el arco de la pared, sacando tembloroso una puntiaguda flecha, con la intención de amenazar con ella a la Señora, llegando su locura hasta decirle:
“¡Con Matarte me dejarás!”.
6 Choza: cabaña de madera cubierta de ramas o paja, utilizadas normalmente por gente del campo.
7 Caney: cobertizo o construcción cuyo techo esta sostenido por pilares de madera.
“Tanto yo como mi tribu deseamos cumplir
las palabras de la Bella Mujer”
Coromoto y la Tribu de los Cospes salen de la Selva.
Un español que pasaba por la región donde habitaban los Indios Cospes, de nombre Juan Sánchez (3) , hombre honrado y devoto cristiano, iba siguiendo la vía que denominaban del “Cauro”, de viaje para el Tocuyo (4), a donde iba por un asunto de importancia, cuando en cierto punto de la montaña le salió al encuentro el jefe de los Coromotos, manifestando que una bellísima mujer, con un niño de hermosura singular, se le había aparecido en una quebrada, dándole la orden de que saliera a donde vivían los blancos para que le echaran el agua en la cabeza y pudieran ir al cielo.
El indio le manifestó su decisión de ir tanto él como toda su tribu para cumplir la petición de la “Bella Mujer” (5). Juan Sánchez quedó impresionado por el relato del cacique y le dijo que a los ocho días estaría de vuelta, que en ese lapso de tiempo se dispusieran para irse con él. Cumplido el tiempo acordado el español volvió y consiguió al cacique con su tribu en el lugar señalado. Toda la tribu se marchó con el español.
Siguiendo las instrucciones de Juan Sánchez, se detuvieron en el ángulo de los ríos Tucupido y Guanaguanare colocándole el nombre de “Coromoto” a este sitio. El español siguió hasta la Villa del Espíritu Santo de Guanaguanare y aviso a las autoridades de la región sobre lo que había sucedido.
Don Baltasar Rivero de Losada y Don Salvador Serrada Centeno, quienes eran los alcaldes de la Villa del Espíritu Santo para la época, decidieron que los indios se quedaran en Coromoto y designaron a Juan Sánchez para que les enseñara a trabajar las tierras y les impartiera los fundamentos de la doctrina cristiana. El honrado español se dispuso a cumplir la misión buscando por todos los medios hacer sentir a los indios cómodos con su estadía en Coromoto.
Las tierras fueron distribuidas y los indígenas construyeron allí sus tiendas o rancherías, con los materiales propios del lugar. Asistían con gran entusiasmo a las enseñanzas de la doctrina que les impartía Juan Sánchez con el apoyo de su esposa. Los trabajos de evangelización de estos españoles iban dando sus frutos ya que muchos indios recibían las aguas del bautismo.
Al principio el cacique asistía a la enseñanza con mucho entusiasmo, seguramente recordando en su mente aquella “Bella Mujer” que con ternura le sonrió y le habló en su lengua. Sin embargo, el cacique tiempo después se fue disgustando con su nueva vida, extrañaba la soledad de sus bosques y su libertad, ya no tenía el dominio de su tribu, no era el que mandaba, estaba sometido bajo la práctica de la encomienda y obligado a pagar con trabajo o especies su tributo al encomendero. Así poco a poco se fue apartando de las enseñanzas de Juan Sánchez y se negó a recibir las aguas del bautismo.
3 Juan Sánchez fue un terrateniente español que junto a otros dos españoles, Juan Cibrián y Bartolomé Sánchez, ocupaban las tierras de Soporo para la cría y el cultivo.
4 Tocuyo: Capital del municipio Morán, del actual Estado Lara.
5 Bella Mujer: expresión que utilizaban los indios para designar a la Virgen María.
“Una Hermosísima Señora de Belleza Incomparable
se nos apareció caminando sobre las aguas del rio”
Hace más de tres siglos, en un recóndito lugar de las selvas venezolanas, la mismísima Madre de Dios, bajó del cielo y se le apareció al Cacique de la tribu de los Cospes, llamados posteriormente los “Indios Coromotos”, para que fueran donde los blancos, recibieran el bautismo y alcanzaran la salvación. Las apariciones se dieron en repetidas ocasiones y no solo a los indios adultos, sino también a los niños e incluso a una familia indígena entera, siendo la primera aparición reportada de la virgen a una familia.
La Historia relata que en el año 1591, cuando se fundó la ciudad de Guanare, en el Estado Venezolano de Portuguesa, los indios cospes, que eran los habitantes originarios de la región, decidieron huir a las selvas e internarse allí para no ser sometidos por los blancos españoles quienes habían repartido las tierras y entregado a los lugareños en encomienda a los hacendados para que trabajaran las tierras. Los indios cospes pasaron varios años sin que los civilizadores extranjeros hubieran podido conseguir que ellos fueran a tomar parte en el aprendizaje del cultivo de las tierras y de la doctrina cristiana.
Según los registros eclesiásticos la primera vez que la Virgen se le apareció al Indio Coromoto fue cierto día 1652 cuando caminaba por la selva con su mujer hacia una tierra que trabajaban. Al llegar al cruce de una quebrada vieron a una hermosísima Señora de belleza incomparable, que caminaba sobre las aguas tranquilas del rio, cargando en sus manos a un hermoso niño.
Al verla se quedaron maravillados, la Virgen mirándolos con ternura, les sonrió amorosamente y les dijo en su propia lengua: “Vayan donde los blancos y pídanles que se les eche el agua en la cabeza para poder ir al cielo”. El cacique quedo tan impresionado con la belleza de aquella Señora que volvió con los suyos y los convenció de ir al encuentro de los blancos para recibir las aguas del bautismo.
1 Cacique: Jefe del clan, término utilizado por los conquistadores para designar a las autoridades indígenas.
2 Encomienda: práctica característica de la colonización española de América, establecida como un derecho otorgado por el Rey a un súbdito “encomendero” con el objeto de que este recibiera los tributos de los indígenas, en trabajo o en especies. A cambio de esto, el encomendero debía velar por el bienestar tanto corporal como espiritual de los indígenas.
Estrella del Llano, ruega por nosotros
Guardiana y custodia de nuestras almas y nuestra historia, ruega por nosotros
Divina Pastora del pueblo venezolano, ruega por nosotros
Flor escogida del Coromoto, ruega por nosotros
Lirio de Pureza, ruega por nosotros
Rosa Mística, ruega por nosotros
Medianera de Toda Gracia, ruega por nosotros
Abogada del género humano, ruega por nosotros
Esperanza del mundo, ruega por nosotros
Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros
Auxilio y Socorro perpetuos, ruega por nosotros
Puerto seguro de Salvación, ruega por nosotros
Madre Admirable y Amable, ruega por nosotros
Reina Victoriosa, ruega por nosotros
Hermosa cual la luna, ruega por nosotros
Resplandeciente como el Sol, ruega por nosotros
Reina coronada de Estrellas, ruega por nosotros
Mujer de la promesa de Dios, ruega por nosotros
Virgen sencilla y humilde, ruega por nosotros
Reina de los Ángeles, ruega por nosotros
Reina de los Patriarcas, ruega por nosotros
Reina de los Profetas, ruega por nosotros
Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros
Reina de los Mártires, ruega por nosotros
Reina de los Confesores de la Fe, ruega por nosotros
Reina de las Vírgenes, ruega por nosotros
Reina y Madre de las Almas sacerdotales y religiosas consagradas a Dios, ruega por nosotros
Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros
Reina asunta al Cielo en cuerpo y en alma, ruega por nosotros
Reina de Venezuela, ruega por nosotros
Estrella de la Nueva Evangelización, ruega por nosotros
Patrona de las misiones cristianas a los pueblos indígenas, ruega por nosotros
Madre de Dios y Madre nuestra Venezuela, ruega por nosotros
Ruega por nosotros Santa Madre De Dios
Amén.
¡Oh, Santísima Virgen María de Coromoto!,
Madre de Misericordia,
confiamos a nuestra amada patria Venezuela
a tu amoroso cuidado.
Madre querida, te suplicamos
reclames como tuya esta tierra de Gracia,
para Gloria de tu Divino Hijo Jesucristo,
verdaderamente presente en Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad en el Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar,
a quien Venezuela le ha sido consagrada.
Afligidos por los pecados de nuestra nación,
clamamos a ti desde lo más profundo de nuestro corazón,
suplicando Tu amparo y protección.
Apiádate de nosotros, míranos con misericordia
y toca nuestros corazones. Ilumina nuestro entendimiento,
ayúdanos a comprender cuan valioso es el don de la vida,
y el ejercicio responsable de la libertad humana.
Líbranos de todas las falsedades que nos conducen
al terrible mal de negar toda vida.
Concédele a los habitantes de nuestra nación venezolana
la sabiduría, para que reconozcan que Venezuela
fue fundada al amparo de la Ley de Dios, y que sólo Él
es la Fuente Verdadera de nuestros más preciados derechos:
la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Oh, Madre Misericordiosa, infúndenos el valor para rechazar
la “cultura de la muerte” y todo camino que niegue a Dios,
y muéstranos el camino al Milenio de la Vida.
Confiados en tu poderosa intercesión, suplicamos:
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María de Coromoto!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a tu protección e implorado
tu socorro, haya sido desamparado, de ti:
Yo pecador, animado con tal confianza,
acudo a ti, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
a ti vengo, delante de ti me presento gimiendo.
No desprecies, oh Madre del Verbo Encarnado,
mis humildes súplicas; antes bien,
óyelas y despáchalas favorablemente.
Amén.
Acto de Consagración de Venezuela al
Corazón Inmaculado de Nuestra Señora de Coromoto.
¡Salve Oh Madre María, aurora jubilosa, Nuestra Señora de Coromoto! nos acogemos a tu Corazón Inmaculado, Madre de los hombres y de los pueblos, tú conoces todos sus sufrimientos y esperanzas, Madre del sacrificio escondido y silencioso, Madre de la misericordia que sale al encuentro de nosotros pecadores, nos presentamos ante ti, para consagrarte todo nuestro ser y todo nuestro amor.
¡Oh Madre! que cautivas el corazón de este pueblo que peregrina en Venezuela, consagrada al Santísimo Sacramento, confiamos en ti para que en ti y contigo podamos consagrarnos plenamente a la persona y a la obra de tu hijo Jesús.
Te consagramos la vida y el camino de cada una de nuestras iglesias particulares; nuestras comunidades con sus pastores, nuestros institutos religiosos y nuestros movimientos apostólicos; nuestra oración y nuestro trabajo, nuestro compromiso cristiano en la edificación de un mundo más justo y solidario, nuestras debilidades físicas y espirituales, nuestras alegrías y nuestros dolores.
Todo lo que tenemos y somos ponemos bajo tu cuidado. Respondiendo a tu solicitud maternal, queremos ser cada vez más tus hijos, imitando tu vida de oración, humildad y sacrificio, por medio del evangelio vivido con alegría y confianza.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de la obediencia y fidelidad a Jesucristo en la iglesia. Madre, consagramos especialmente a tú corazón inmaculado la vida presente y futura de nuestra patria soberana, que te bendice y aclama, son tuyas sus selvas y costas, montañas y llanuras; tuyos sus pueblos y caseríos, ciudades y aldeas; tuyos sus niños y jóvenes, adultos y ancianos; tuyos sus valores y tradiciones, su historia y su patrimonio cultural; tuyos sus gobernantes y sus gobernados; los hijos de adentro y los hijos de afuera, tuyos sus logros y avances, sus llantos y alegrías.
Madre de Cristo que guardas en silencio todas las maravillas de Dios, sigue velando con primoroso cuidado sobre las generaciones presentes y futuras de este pueblo generoso y alegre que quiere vivir unido y en paz. Maria, Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, somos parte del continente de la esperanza: te pedimos que en todos los pueblos hermanos de américa latina y el caribe, reine la paz, se implante la justicia, impere la libertad y se abran los caminos de la integración y del progreso.
Reina y madre del universo, que tú amor y protección apresuren el triunfo del reino de Dios y el momento en que todos los hombres proclamen que tú eres bendita, porque has creído en las promesas divinas.
Que en unión contigo y por tú intercesión,
Todos juntos podamos cantar eternamente las alabanzas de tu hijo Jesús, nuestra vida y Señor de nuestra Historia.
Nuestra señora de Coromoto patrona de Venezuela, renueva la fe en toda la extensión de nuestra patria.
Amén.
Con esta oración fue Consagrada Venezuela
a Nuestra Santa Patrona Nacional,
puede hacerse para consagrar su familia y el país.
¡Oh, Madre querida de Coromoto!
Tú que has acompañado el nacimiento
y el desarrollo de nuestra historia patria,
venimos a tus plantas a consagrarnos como pueblo,
como nación que te reconoce como Madre
y a decirte que somos tuyos.
Queremos colocar muy cerca de tu corazón nuestras necesidades,
deseos, luchas y logros. En este momento de nuestra historia,
te pedimos que mires a estos tus hijos que caminan en valle de lágrimas
y consuélalos mostrándonos siempre a tu Hijo.
Te consagramos nuestra Patria Venezuela,
con todos sus hijos, con sus familias,
con los que sufren y son olvidados.
Enséñanos, Virgen llanera a llevar dentro de nosotros a tu Hijo
con el mismo amor y adoración con que tú le llevaste.
Que esta especial consagración
nos haga hijos más fieles a la Iglesia,
a sus pastores y ministros.
Muéstrate como Madre, como la bella Señora del río Tucupido,
a todos cuantos están alejados.
Recibe, Virgen de Coromoto, nuestra consagración
y sostén nuestros propósitos de vivir como discípulos
y misioneros de tu Hijo a fin que podamos llevar a plenitud
nuestra vocación bautismal
dando así gloria a la Santísima Trinidad.
Amén.
Acto de Consagración de Venezuela a la Santísima Virgen, con que el Episcopado Venezolano clausuró el Segundo Congreso Mariano Nacional el 12 de diciembre de 1928 en la ciudad de Coro.
Ante el trono de Vuestra omnipotente intercesión,
venimos a postrarnos ¡oh Madre augustísima de Dios!,
para consagrarnos totalmente a Vos,
y poner en vuestras manos la suerte de nuestra República.
En presencia de vuestro Divino Hijo,
a quien ya está esta Patria dedicada en el Santísimo Sacramento del Altar,
hacemos ahora este acto de entregamiento a Vos,
para que Él se digne prestar su filial beneplácito a nuestro homenaje,
a la misma Madre que Él nos legó por tal desde la Cruz.
¡Oh Inmaculada Madre nuestra!
¡Oh benignísima Madre nuestra!
¡Oh dulcísima y clementísima Reina nuestra!,
con ánimo agradecido,
entonamos loores a vuestra misericordia.
Bajo vuestro amparo nos acogemos,
¡oh Señora! que tenéis cautivados para siempre nuestros corazones,
Vos que habéis arrebatado desde el día mismo
en que comenzó para nosotros la vida civilizada,
y con vuestra suavísima protección y benignísima presencia,
ya en la selva de Coromoto, ya en los santuarios que la piedad Venezolana
ha erigido bajo títulos de Nuestra Señora del Valle, del Socorro,
de Chiquinquirá, de Belén, de la Caridad y otros tantos
de que se ufana la Nación Venezolana: habéis afirmado,
robustecido y multiplicado las raíces del árbol de nuestra Fe.
¡Oh Señora Nuestra!, que con lustra planta virginal
quebrantasteis la cabeza de la serpiente,
librad a Venezuela de los empozoñados dados de la impiedad y de la herejía.
Y ya que iniciasteis y habéis mantenido a sus pueblos
en la Fe de vuestro queridísimo Hijo,
servidles también de escudo, sostén y fortaleza.
Vuestros somos, vuestros queremos ser.
Mostrad que sois nuestra Madre y Nuestra Patrona.
Guardadnos, Señora, y salvadnos
con vuestra todopoderosa protección.
¡Oh María Inmaculada! acoged este acto de nuestra consagración a Vos,
y sed siempre la gran defensora de Venezuela.
Protegedla, salvadla. Unid a todos sus hijos en el amor del suelo nativo,
en el espíritu de concordia dentro de la justicia y de la libertad,
en el legítimo goce de todos los bienes, a que en su calidad de venezolano
le es a cada uno lícito aspirar, y en la firme e inalterable
profesión de la Fe Católica.
Amén.
Querido Señor,
Que levantaste los Andes y extendiste los Llanos, sembraste el Amazonas y riegas las playas venezolanas. Tú que despertaste el relámpago del Catatumbo y llenaste de petróleo nuestra Tierra y escondiste en nuestra tierra el oro, el diamante y la llenaste de gente buena alegre y generosa, gracias por ponernos en un joyero y darnos como madre a la Virgen María, en Nuestra Señora de Coromoto.
Mira nuestra tierra aquí y en todo el punto del planeta donde se han regado nuestros hijos, en emigración y ten piedad de nosotros. Danos un corazón nuevo para cuidar este joyero, danos un corazón nuevo para volver a ser hermanos todos, para ayudarnos a librarnos de la violencia, de la división, de la miseria y a ser gente próspera y feliz, unida y alegre.
Que en la tierra se haga tu voluntad como se hace en el cielo, bendícenos y ayúdanos a hacer todo lo que tengamos que hacer. Amén.
Autor: Padre Roberto Sipols
Dios te salve, Vida, por quien el mundo alienta y respira,
ya que eres Madre del Autor de la Vida.
Por Ti, Divina Señora de Coromoto,
el hombre culpable recibió luego de su caída la promesa del Salvador,
y por Tu Augusta Mediación recibimos la Vida de la Gracia.
¡Ave, Reina de los Cielos!
Eres la alegría y el encanto de los coros celestiales,
la Reina de los Patriarcas,
la anunciada por los Profetas,
la esperanza de los Santos Padres,
la fortaleza del innumerable ejército de los mártires,
la Luz Gloriosa de los Confesores,
la Fuente bendita de nuestra Vida,
la Bendita entre todas las mujeres,
la cantada por las falanges de vírgenes y
la ensalzada y alabada por todas las generaciones.
Concédenos, por la dolorosa Pasión y Muerte de tu Divino Hijo Jesucristo,
y por los méritos de Tu Inmaculado Corazón,
que no perdamos la Vida de la Gracia por el pecado
y no muramos de muerte eterna.
Concédenos que, viviendo en Santo Amor de Dios,
con Fe viva, Esperanza firme y ardiente Caridad,
nos veamos libres de toda culpa de pecado
y merezcamos entrar un día en la Vida Eterna.
Amén.
Autor: Presbítero Licenciado Ambrosio Borges
Con aprobada del Ilustrísimo Obispo Antonio Díez Madrozero
¡Oh Nuestra Señora de Coromoto,
cuya misericordia la dureza del indio pecador
no consiguió detener,
ten pena de mí tan pecador y tan empedernido!
Amén.
Autor: Plinio Correa de Oliveira
Mi adorada y amada Virgencita de Coromoto, ante ti acudo,
Santa Señora para depositar en tus manos mi súplica…
(Hacer la petición)
Por favor escúchame y acógela,
bendícela e intercede ante tu
amado hijo Jesús por mí.
Te suplico Virgen de Coromoto de todo corazón,
que intercedas y eleves mi súplica,
para que esta pueda ser escuchada,
por nuestro señor Jesucristo. Confió en ti mi señora,
Madre del altísimo. Ruega por este humilde servidor,
que hoy postrado ante tu sagrada imagen,
suplica tu bendición,
ampárame y cúbreme con tu manto.
Amén.
Bella Señora María,
Virgen Madre del Redentor,
contigo alabamos y glorificamos al Padre,
en el Espíritu Santo por Jesucristo.
Te suplicamos que,
así como en Coromoto guiaste los pasos
de los indios hacia la gracia bautismal,
cautives ahora el corazón de los venezolanos
y los conduzcas a la renovación de la fe.
Virgen de Coromoto,
patrona de Venezuela,
bendice la acción evangelizadora de la Iglesia
en nuestra patria para que sea fortaleza
y defensa de la fe de tus hijos
y comienzo de una renovación
de las costumbres cristianas.
Amén.
Virgen y Madre nuestra de Coromoto,
que siempre has preservado la fe del pueblo venezolano.
En tus manos pongo sus alegrías y esperanzas,
las tristezas y sufrimientos de todos tus hijos.
Implora sobre los Obispos y Presbíteros los dones del Espíritu,
para que, fieles a sus promesas sacerdotales,
sean infatigables mensajeros de la Buena Nueva,
especialmente entre los más pobres y necesitados.
Infunde en los religiosos y religiosas el ejemplo de tu entrega total a Dios,
para que en el servicio abnegado a los hermanos
los acompañe en sus trabajos y necesidades.
Madre de la Iglesia, alienta a los fieles laicos,
comprometidos con la Nueva Evangelización,
para que, con la promoción humana y la evangelización de la cultura,
sean auténticos apóstoles en el Tercer Milenio.
Protege a todas las familias venezolanas,
para que sean verdaderas Iglesias domésticas,
donde se custodie el tesoro de la fe y de la vida,
donde se enseñe y se practique siempre la caridad fraterna.
Ayuda a los católicos a ser sal y luz para los demás,
como auténticos testigos de Cristo,
presencia salvadora del Señor,
fuente de paz, de alegría, de esperanza.
Reina y Madre Santa de Coromoto,
ilumina a quienes rigen los destinos de Venezuela,
para que trabajen por el progreso de todos,
salvaguardando los valores morales y sociales cristianos.
Ayuda a todos y cada uno de tus hijos e hijas,
para que, con Cristo Nuestro Señor y Hermano,
caminen juntos hacia el Padre, en la unidad del Espíritu Santo.
Amén.
Guanare 10 de febrero de 1996
Instrucciones
1. Por la Señal de la Santa Cruz.
2. Se reza el Credo
3. Las tres cuentas siguientes son:
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
4. Oración Inicial
5. Se anuncia el Misterio.
6. Las cuentas grandes son del Padre Nuestro y en las pequeñas se repite diez veces: Virgen de Coromoto, Protege a Venezuela.
7. Oración Final
Oración Inicial:
Ruego a la Virgen de Coromoto Maria, Madre, Virgen de Coromoto, que apareciste con tu Hijo Salvador en brazos para sembrar ilusión y Fe en nuestro pueblo, ayúdanos a encontrar el camino de la verdad.
Nos sentimos inquietos y esperanzados y pedimos fortaleza como un Don precioso de Tú Espíritu. Vuelve tus ojos hacia Venezuela, oye la voz del niño con hambre, de la madre con el alma entristecida, del hombre inconsciente de tu amor.
Sometidos y humillados caminan muchos hijos de este pueblo, con los pies descalzos y cansados por cualquier camino sin destino. Dale el valor a la promesa bautismal, libera a este pueblo del calvario y bájalo de la cruz, a la luz de la resurrección. Concédenos la sabiduría del dialogo y del encuentro para que juntos formemos la civilización del amor a través de una real participación y solidaridad fraterna.
Que tengamos el valor y dignidad para construir con trabajo y esfuerzo, un mejor país, la convivencia fraterna, amando a todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los pobres y trabajando por la reconciliación, la paz, y el Templo de tu Amor.
Queremos ser un pueblo identificado con la dignidad, la verdad, la libertad, la justicia y el bien común. Muéstranos de nuevo Tu Rostro y a Tu Hijo Jesús. Amén.
Misterios
Oración Final
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya poderosa mediación los fieles llegaron al conocimiento de la Fe Cristiana. Hermosísima Aurora que brillasteis apareciendo en Coromoto y nos dejasteis una preciosa prenda de vuestro amor en una milagrosa imagen apiadaos de nosotros. Aliviad nuestros males, poderosísima abogada nuestra y fortalecednos en la lucha contra los enemigos del alma.
¡Oh, protectora de Venezuela! Haced que nuestra nación siga siempre en sus leyes, en sus costumbres y en su empresa de sabios y los salvadores principios del Santo Evangelio.
Proteged nuestras instituciones, desterrad de nosotros el vicio, la impiedad y la indiferencia religiosa, en una palabra, renovad la Fe en nuestra Patria. Promoved en nuestra sociedad obras vivificadoras de salud, de los beneficios de la paz tranquila, honremos y sirvamos fielmente en la tierra de vuestro Hijo Jesucristo, a fin de gozarle eternamente en el Cielo. Amén.
Oración final la Santísima Virgen María
Oh Virgen María Nuestra Señora de Coromoto, salud de los enfermos, que has acompañado a Jesús en el camino del Calvario y has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo, participando íntimamente de sus dolores, acoge nuestros sufrimientos y únelos a los de Él, para que las semillas de la fe esparcidas sigan produciendo frutos abundantes en el mundo entero.
Madre misericordiosa, con fe nos volvemos hacia ti. Alcánzanos de tu Hijo el que podamos volver pronto plenamente restablecidos de toda enfermedad o virus, a nuestras ocupaciones, para hacernos útiles al prójimo con nuestro trabajo. Mientras tanto, quédate junto a nosotros en este momento de prueba y ayúdanos a repetir cada día contigo nuestro “sí”, seguros de que Dios sabe sacar de todo mal un bien más grande.
Virgen Inmaculada, haz que los sufrimientos causados por pandemia sean para nosotros y para nuestros seres queridos, prenda de un renovado empuje en la vida cristiana, para que en la contemplación del Rostro de Cristo Resucitado encontremos la abundancia de la misericordia de Dios y la alegría sin fin del cielo.
Amén.
(Cf. San Juan Pablo II, Oración a María por la salud de enfermos).
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! Amén.
Oración a San José
A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio. Por aquella caridad que te mantuvo unido a la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente suplicamos que vuelvas benigno los ojos al pueblo de Venezuela que con su sangre adquirió Jesucristo y donde la Santísima Virgen quiso dejar sus huellas. Con tu auxilio socórrenos en nuestras necesidades, especialmente ahora que sufrimos por causa de esta enfermedad.
Protege, ¡oh providentísimo custodio de la Sagrada Familia! a esta tierra de gracia y al mundo entero: aparta de nosotros toda mancha de error y de corrupción, toda enfermedad o virus que pueda causarnos daño en el cuerpo y en el alma. Asístenos propicio desde el cielo en esta lucha y defiende a la Iglesia santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protégenos, para que, a ejemplo tuyo y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir santamente, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza.
Amén.
Oración por Venezuela
Jesucristo, Señor nuestro, acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades en nuestra patria. Nos sentimos inquietos y esperanzados y pedimos la fortaleza como don precioso de tu Espíritu. Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a la dignidad humana, la verdad, la libertad, la justicia y el compromiso por el bien común.
Como hijos de Dios danos la capacidad de construir la convivencia fraterna, amando a todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los pobres y trabajando por la reconciliación y la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo y del encuentro, para que juntos construyamos la “Civilización del Amor”, a través de una real participación y de una solidaridad fraterna. Tu nos convocas como nación y te decimos: Aquí estamos, Señor, junto a nuestra Madre, María de Coromoto, para seguir el camino emprendido y testimoniar la fe de un pueblo que se abre a una nueva Esperanza. Por eso todos juntos gritamos:
¡Venezuela! ¡Vive y camina con Jesucristo, Señor de la historia!
Amén.
Padre eterno te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo, escucha nuestras suplicas en favor de la humanidad que sufre a causa del Covid-19, sigue derramando tu misericordia sobre nosotros y no tomes en cuenta nuestros pecados, en estos momentos de aflicción en el mundo entero mira nuestro corazón contrito y por la preciosa Sangre de tu Hijo derramada en la cruz libéranos de este virus mortal y de todo aquello que pueda hacernos daño en el cuerpo o en el espíritu. Permite Padre, que interceda por nosotros la Bienaventurada Virgen María, quien ha hallado gracia delante de ti. Amén.
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
No se desanimen por la gran enfermedad que cubre el mundo, porque cada día yo extiendo por doquier semillas de vida y esperanza; cubre con tu santo manto Madre celestial a Venezuela que hoy camina bajo las sombras del retraso y el desaliento social. Eres nuestro refugio, aumenta en lo profundo de nuestro ser la confianza en tu Hijo Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento del Altar; que nuestro País vuelva su mirada a la Santa Eucaristía y desde allí se obre la conversión y renovación en el Espíritu Santo. Amén.
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
Madre de la Iglesia, que reuniste en tu regazo a los discípulos de tu Hijo en el momento de Pentecostés. Protege y guía al Papa Francisco en su misión esperanzadora contrariada ahora por el dolor; fortalece con tu amor a los Obispos y concédeles la paz ante las preocupaciones; anima desde tu Inmaculado Corazón a los Sacerdotes, Religiosos y Religiosas para que sean testimonio de alegría y esperanza en las comunidades convulsionadas por el sufrimiento y la enfermedad. Da fuerza a tus hijos llamados a la consagración (Seminaristas y Formandos religiosos) para que puedan ver la responsabilidad y entrega que exige su vocación, pero sobre todo no te olvides de tu pueblo que unido en oración busca amor y protección en tu humilde intercesión, como lo hiciste en las bodas de Caná. Amén
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
Oh María eres la reina del cielo, te pedimos por todas las personas que han perdido la vida a causa de este virus en muchos países del mundo entero. Haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad del reino, y puedan contemplar eternamente a tu Hijo, que vive y reina por los siglos por siglos. Amén
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
Oh María Madre de Dios: bendita entre todas las mujeres, colocamos bajo tu protección a todas las familias que suplican ante tu Hijo Jesús, por sus familiares que están fuera del País. Escucha nuestra oración y alivia los corazones preocupados de cada emigrante que sufre ante la asechanza de este virus en todo el mundo entero. Protege con tu gracia de Madre a todos aquellos que se acogen a tu presencia. Amén.
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
María protectora de la Iglesia y Reina del mundo, somos todos tuyos desde que tu Hijo nos encomendó a tu cuidado como nuestra Madre; te suplicamos que con tu gran amor cuides a nuestros hermanos que por su condición física son vulnerables ante el Covid-19. Madre de bondad, guárdanos y defiéndenos como hijos y posesión tuya, tal como lo hiciste con tu Hijo Jesús. Amén.
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
Señor Jesucristo que viniste al mundo para servir y no a ser servido, te pedimos por todos los organismos de salud y sus integrantes, que sintiendo compasión por los que sufren el Covid-19 y cualquier otra enfermedad, sean entregados al servicio y la caridad. Protégelos de cualquier peligro y dales la gracia de seguir construyendo la civilización del amor, tomando como ejemplo a María, tu Madre; quién siendo dócil al Espíritu Santo amó y sirvió a tu plan de redención. Bella Señora bendice a los que, sin verte, te sirven en cada enfermo. Amén
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María de cada venezolano y de todos los seres humanos en estos momentos de prueba, reconforta a los que sienten miedo, a los que están desesperados y viven angustiados ante este virus que atenta contra la vida humana. Ayúdanos a Madre a buscar la paz verdadera y alegra nuestro corazón, especialmente ten compasión de los que sufren para que puedan sonreír nuevamente. Oh Madre de Jesús, no desatiendas nuestras súplicas, antes bien acógelas en tu Inmaculado Corazón. Amén.
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
Señor Jesucristo, amigo de los que sufren y consuelo en los momentos de tempestad. Tú que amas tanto nuestra pobre humanidad y nos diste como signo de tu amor a María, quien intercede siempre por nosotros. Te suplicamos por el amor entrañable de tu santa Madre que atiendas nuestras plegarias, especialmente por los que padecen ésta terrible enfermedad, colocamos en tus manos nuestras súplicas que realizamos por todos los enfermos. María consuelo de los que se afligen, ruega por nosotros que recurrimos a ti. Amén.
Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. Renueva la fe en toda la extensión de nuestra Patria. Amén.
San José, Ruega por nosotros.
(Meditar los misterios del Santo Rosario).
Consideración: La Virgen de Coromoto Protectora de Venezuela
Muchas son las devociones marianas como las distintas advocaciones de la Santísima virgen en nuestra Patria. Todas son sin duda dignas de consideración y aprecio, pero ninguna como la de la Virgen de Coromoto. Ella es la primera en el orden del tiempo pues ninguna como ella puede remontarse a los tiempos de la Evangelización primitiva de los Indios cuando la Fe empezaba a nacer en tierras Americanas. Elle es la única que tiene por origen la aparición real de la Santísima Virgen en persona a nuestros aborígenes dejándoles el don inestimable de su imagen. Ella es la que con más fuerza atrae los corazones de toda Venezuela pues desde las remotas regiones acudieron y acuden llenos de Fe y amor los peregrinos. Ella por tanto tiene más derechos que ninguna otra devoción a ser proclamada Patrona Celestial de nuestra Patria. Proclámala tú muy alto en el fondo de tu corazón, entronízala en tu hogar y conviértete en apóstol de la devoción a Nuestra Señora de Coromoto.
Consideración: La Virgen de Coromoto Protectora de Venezuela
Muchos son los prodigios con que la Virgen de Coromoto ha favorecido a sus hijos que llenos de confianza han acudido a su regazo. La Historia que no se ha escrito y que tal vez no se escribirá es más elocuente para los innumerables testigos de las bondades de María que todos los libros que se escriben pueden con los favores públicos por la misma Virgen concedidos. Quién no podrá contar alguna gracia así propia concedida por la Virgen de Coromoto. El resurgir de la Fe obrada por la Virgen de Coromoto es uno de los favores generales concedidos a Venezuela entera por la Virgen de Coromoto una de las obras más patentes con que ha demostrado la protección especial que dispensa al pueblo venezolano. Quién no es testigo de este celestial resurgimiento tanto general como particular manifestado en las peregrinaciones nacionales a Guanare. Da gracias a María Santísimo por tan singular protección y procura hacerte digno con tu conducta de merecerte tú particularmente.
Consideración: La Virgen de Coromoto Madre de Venezuela
Considera como Virgen Santísima quiso aparecer en Coromoto el día en que se celebraba la fiesta de su nacimiento entre los hombres para demostrarte la gran predilección que por tí tuvo desde los primeros instantes de tu vida, ahora lleno de agradecimiento la Providencia Divina que en el amanecer de este nuevo mundo a las luces de la Fe y de la civilización envió a los Indios Venezolanos la Aurora de la gracia para que les diera la vida cristiana enseñándoles el camino que conduce a la Iglesia Católica. Trata finalmente de corresponder tú también al llamamiento que como a los Indios Cospes te hace tu Madre Celestial para que entre de lleno en la práctica de los deberes cristianos a fin de manifestarte verdadero hijo de la Virgen de Coromoto.
Consideración: La Virgen de Coromoto Apóstol de Venezuela
De las palabras que la Virgen dijo al Cacique y a los Indios Cospes desde la primera de sus apariciones que, “Salera a donde estaban los Blancos cabeza para ir al Cielo”, se deduce que la Virgen se constituyó en Misionera de los Indios Venezolanos siendo en la Aurora de la Fe del nuevo mundo como un sol brillantísimo que irradiara los más fulgurantes resplandores. Mas no hizo sus apariciones solo para convertir a los Indios sino que dejó su retrato en esta tierra privilegiada para que la iluminara en la sucesión de los tiempos. No significa otra cosa los múltiples prodigios que su poder ha obrado a favor de sus devotos y continúa obrando en el orden de la naturaleza como el de la gracia para conservar siempre el vivo rescoldo de la Fe en el pueblo venezolano. Considera cómo también tú debes a imitación de la Virgen de Coromoto trabajar en la salvación de las almas.
Consideración: Conversión y muerte del Cacique
El pobre Indio resistió por algún tiempo más la acción de la gracia que golpeaba insistentemente a las puertas de su corazón pero al fin la Virgen salió triunfante pues el Cacique al verse mortalmente herido por la mordedura de una serpiente cuando huía a la espesura de la selva pidió a gritos el Bautismo que le fue suministrado por un buen Cristiano de la Ciudad de Barinas.
CONSIDERA: La gran solicitud de María para conseguir la conversión de aquel Indio rebelde se le aparece repetidas veces le sigue con maternal insistencia sin retroceder ante su intento criminal y hasta permite que una serpiente le hiera de muerte para que su alma nazca a la vida de la gracia y se salve mediante una sincera conversión sellada con el bautismo. ¡Cómo es posible que se pierda aquel a quien María toma bajo su singular protección! Acuda a María de Coromoto con singular confianza seguro de que te alcanzará el remedio de todos tus males sobre todo el triunfo sobre los enemigos de tu alma que pretenden impedir tu eterna salvación.
Consideración: Segunda Aparición de la Virgen de Coromoto
El Cacique de los Cospes que en un principio asistía gustoso a las instrucciones catequistas disgustó luego añorando sin duda la soledad de los bosques y se retiró sin recibir el bautismo. Triste y meditabundo estaba el Indio recostado a su barbacoa días antes de su fuga. Con él se hallaba su esposa, su hermana Isabel y un hijo de éste el cual era llamado Juan. Todo era silencio en la noche pues las Indias al ver tan mal humor al Cacique no se atrevían a decir palabra. Habrían transcurrido algunos instantes desde la llegada del Cacique cuando de modo visible y corpóreo la Virgen Santísima se presentó en el umbral del bohío despidiendo rayos abundantes como los rayos del sol a medio día, según palabras de la India Isabel, que iluminaron el recinto con celestial claridad.
Al verle el Cacique pensó que la Gran Señora venía a reprocharle su mal proceder y le dijo: “¿Hasta cuándo me quieres perseguir? Bien te puedes volver no he de hacer más lo que tú me mandes. Por ti dejé mis conucos y he venido a pasar trabajo, como las mujeres reprendieran al Indio el modo como trataba a la Bella Mujer le dijo a la Virgen que lo miraba sonriente: ¿con matarte me dejarás? Adelantándose entonces la Virgen hacia el Cacique él se abalanzó sobre ella para asirla del brazo y echarla fuera quedando todo envuelto en tinieblas. Aquí la tengo dice el Indio en tono de furia y triunfo. Muéstrala para verla responden las mujeres y a la luz de las ascuas que arden en el tosco fogón abrió el Indio su mano y contemplan todos el retrato de la bella mujer.
CONSIDERA: Medita las Ternuras Maternales de la Virgen María que aun viéndose maltratada por aquel hijo rebelde responde con generosidad y largueza dejándonos esa reliquia tan preciosa de su Imagen.
Consideración: Primera Aparición de la Virgen a los Indios Cospes
Según refiere la Historia la Virgen de Coromoto apareció repetidas veces a los Indios Cospes y no solamente a los mayores sino también a los hijos de estos según testimonio de los que fueron Párrocos de Guanare en tiempos no lejanos de las apariciones. La Primera Aparición tuvo lugar en el año de a651 cuando el Cacique de los Cospes se dirigía en compañía de su mujer al trabajo de campo. Al llegar a una quebrada una hermosa Señora que sostenía en sus brazos un precioso niño, apareció caminando sobre las aguas diciéndoles en lengua propia de los Indios “que salieran a donde estaban los blancos para que les echaran agua sobre sus cabezas para subir al Cielo”.
CONSIDERA: Cómo también te llama a ti la gracia Divina por medio del Culto amoroso de la Virgen de Coromoto a que cumplas tus deberes de cristiano, y con frecuencia resistes el llamamiento de la gracia; no quieres imitar al Indio rebelde sino entra por el camino de la Ley Divina y probarás que el amor a la Virgen de Coromoto es sincero. Amén.
Consideración: El Nombre de Coromoto
Varios años llevan los Indios Cospes sin que los civilizadores extranjeros hubieran podido conseguir de ellos descendieran a tomar parte en el aprendizaje del cultivo de los campos y de la Doctrina Cristiana. Estaban, según refieren en la historia, en aquellos lugares de la montaña en donde en donde ellos se habían ocultado hacia las fuentes del río Tucupido y su margen derecha. Aquí se dejó ver la Virgen no solo del Jefe de la Tribu sino de varios otros indios y es también donde les mandó a que fueran a donde los blancos Españoles a que los Bautizaran; por indicación de la Virgen los Indios en número de varios centenares dejaron la montaña y se pusieron a las órdenes de Juan Sánchez quien les fijó para su residencia y trabajo unos campos de su propiedad conocidos con el nombre de Coromoto nombre propio de una quebrada en la confluencia de los ríos Tucupido y Guanare de la cual toma denominación aquel paraje la Santísima Virgen que allí apareció.
CONSIDERA: La distinción tan grande que la Reina de los Cielos ha tenido a bien hacer a nuestra Patria y el fervor y santo orgullo con que has de pronunciar el nombre de Coromoto, que lo mismo que el Pilar para España o Lourdes para Francia es para nuestra Patria Venezuela la gloria más alta y el recuerdo más sagrado.
Consideración: Los Indios Cospes
Entre los indios que habitan la región de Guanare había una parte designada con el nombre de Cospes. Cuando en 1591 llegaron los españoles allí y se hizo el reparto de tierras e Indios en encomiendas unas cuantas familias de los Cospes se disgregaron de su Tribu y huyeron internándose en las selvas de las dilatadas montañas y valles que se extienden entre Boconó de Trujillo y Guanare hacia las riberas del río Tucupido. En esos lugares apartados se mantuvieron los Cospes muchos años sin acordarse nadie de ellos, hasta que sonó en el reloj de la Providencia la hora de su conversión mediante la maternal intervención de María Santísima. Un español noble y honrado como buen cristiano era llamado Juan Sánchez había obtenido años atrás unos terrenos en el margen derecho del rio Guanare a unas 5 leguas de la Villa de Espíritu Santo que es la ciudad de Guanare.
CONSIDERA: Cómo la divina Providencia iba preparando el terreno para la conversión de los pobres Indios que por mucho que se ocultaron siempre tenían sobre sí la mirada de Dios y de su Madre Santísima, ruega para que esta Virgen Bendita siga difundiendo los fulgores de la Fe en las regiones salvajes de los Indios que aún quedan por convertir en nuestra Patria.
Pida la gracia que desea obtener, rezando luego tres (3) Avemarías alternando con la siguiente jaculatoria: Nuestra Señora de Coromoto protectora de Venezuela renovad la Fe en toda la extensión de nuestra Patria.